Título español: K-20: El demonio de 20 caras
Director: Shimako Sato
Año: 2008
País: Japón
Género: Aventuras - Acción
Duración: 140 minutos
Género: Aventuras - Acción
Duración: 140 minutos
Mi nota: 8.5/ 10
Me he llevado una grata sorpresa con esta película. Esperaba algo mediocre y sin mucho guión, pero he visto una película ágil, divertida y muy entretenida, con buenas escenas de acción y un guión cuanto menos curioso.
Nos encontramos en una realidad alternativa. Japón, 1949, con una sociedad en la que la diferencia de clases es abrumadora y unos pocos controlan casi toda la riqueza. La policía y el ejército recuerda mucho a los nazis. K-20 es un ladrón con una gran facilidad para cambiar de imagen, que roba valiosos objetos a la gente rica.
Confundido con el verdadero criminal, Heikichi, un acróbata circense (Takashi Kaneshiro, tan carismático como siempre) es detenido y encarcelado. Tras escapar de prisión, trata de probar su inocencia desenmascarando a K-20 con la ayuda de Yoko (Takako Matsu), pareja del detective Akechi (Tôru Nakamura) que es quien le detuvo.
Si cogemos las aventuras de "Robin Hood" e "Indiana Jones", las acrobacias de "Yamakashi", los vuelos entre edificios a lo "Spiderman", los robos de arte de "El secreto de Thomas Crown" o "La trampa", la magia de "El truco final" y la acción de "Misión Imposible" o cualquiera de superhéroes, y los mezclamos todo bien, el resultado es K-20.
Pese a ser algo larga, la película se pasa volando porque su intensidad no baja en ningún momento. No conocía ninguna película de aventuras de este estilo en el cine asiático y ha sido un gran descubrimiento. Suena el rumor de la posibilidad de una segunda parte, que no me perdería...
Takeshi Kaneshiro cumple a la perfección (como siempre) y las escenas de acción son de un alto nivel. Una película recomendable para todas las edades. El siguiente trailer es una pequeña muestra de lo que es K-20:
Me he llevado una grata sorpresa con esta película. Esperaba algo mediocre y sin mucho guión, pero he visto una película ágil, divertida y muy entretenida, con buenas escenas de acción y un guión cuanto menos curioso.
Nos encontramos en una realidad alternativa. Japón, 1949, con una sociedad en la que la diferencia de clases es abrumadora y unos pocos controlan casi toda la riqueza. La policía y el ejército recuerda mucho a los nazis. K-20 es un ladrón con una gran facilidad para cambiar de imagen, que roba valiosos objetos a la gente rica.
Confundido con el verdadero criminal, Heikichi, un acróbata circense (Takashi Kaneshiro, tan carismático como siempre) es detenido y encarcelado. Tras escapar de prisión, trata de probar su inocencia desenmascarando a K-20 con la ayuda de Yoko (Takako Matsu), pareja del detective Akechi (Tôru Nakamura) que es quien le detuvo.
Si cogemos las aventuras de "Robin Hood" e "Indiana Jones", las acrobacias de "Yamakashi", los vuelos entre edificios a lo "Spiderman", los robos de arte de "El secreto de Thomas Crown" o "La trampa", la magia de "El truco final" y la acción de "Misión Imposible" o cualquiera de superhéroes, y los mezclamos todo bien, el resultado es K-20.
Pese a ser algo larga, la película se pasa volando porque su intensidad no baja en ningún momento. No conocía ninguna película de aventuras de este estilo en el cine asiático y ha sido un gran descubrimiento. Suena el rumor de la posibilidad de una segunda parte, que no me perdería...
Takeshi Kaneshiro cumple a la perfección (como siempre) y las escenas de acción son de un alto nivel. Una película recomendable para todas las edades. El siguiente trailer es una pequeña muestra de lo que es K-20:
Una curiosidad. Otro punto en común con "El truco final", es el objeto de deseo de K-20. Se trata de uno de los inventos de Nikola Tesla, probablemente el mayor inventor de la historia y uno de los menos conocidos, entre otras cosas porque tipos como Marconi le robaron sus ideas...
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