Título español: Flan de caramelo
Director: Yoshihiro Nakamura
Año: 2010
País: Japón
Género: Comedia - Fantasía - Romántica
Duración: 108 minutos
Género: Comedia - Fantasía - Romántica
Duración: 108 minutos
Mi nota: 8.0/ 10
Basada en una novela de Gen Araki.
Antes de comenzar a hablar de la película en cuestión, vuelvo a abordar el tema de los títulos. Vale que el japonés puede ser complicado de traducir, pero "Chonmage purin"´y "Un niño y su samurai" son títulos tan diferentes que abruma... "Chonmage" se refiere a la especie de moño o peinado de los samurai, y "Purin" es pudding o flan. Prefiero un título como "Flan".
En fin, a lo que vamos. Yoshihiro Nakamura (Fish story)se ha convertido por méritos propios en uno de mis directores japoneses preferidos. Su cine ágil y lleno de frescura consigue que las horas parezcan minutos. Seguiré revisando su filmografía. "Chonmage purin" no es tan original como sus otras películas que he visto, pero no está exenta de grandes momentos.
Ryo Nishikido vuelve a demostrar que le falta un trecho para ser un buen actor, aunque su inexpresividad en esta ocasión no es tan acusada como en Orthros no inu. Aquí interpreta a Kijima Nasube, un samurai de 25 años de la era Edo que aparece súbitamente en pleno siglo XXI en mitad de Tokio. Allí se encontrará con Hiroko (Tomosaka Rie, Anego), una mujer divorciada de 33 años y su hijo Tomoya.
Mientras averigua el modo de regresar, y tras un inicio bastante tenso con la familia, el samurai se instalará con ellos y se olvidará de su orgullo para limpiar y cocinar a cambio de un techo donde poder quedarse.
Nasube pronto descubrirá que posee un don para la cocina, en especial para preparar postres de todo tipo a raíz de probar un flan de caramelo. La escena en la que se tira horas en la cocina haciendo pasteles me hizo secretar saliva... Y eso que no soy especialmente goloso... Y aquí hay un nuevo cambio para nuestro samurai, la katana por la espátula de repostería.
Sí, está claro que lo de los viajes en el tiempo ya no es original. Sin embargo, lo habitual es ir al pasado y no al futuro como en esta ocasión, más si cabe si quien viaja es un samurai que termina en una gran ciudad como Tokio. Las situaciones cómicas son múltiples (teléfono, ascensor... de todo). Pero también está la parte psicológica de la historia. Un samurai acostumbrado a que la mujer haga las tareas del hogar y cuide de los niños, se encuentra haciendo la compra, la colada, limpiando la casa, recogiendo al chiquillo de la guardería y preparando la comida. Es una visión nueva de la sociedad para él, pero también una crítica mordaz a la cultura machista de hoy en día.
Y luego está el detalle de la edad y la posición social. Él, 25 años y samurai (con lo que eso conlleva). Ella, madre soltera de 33 y la sustentadora de la economía del hogar. La trama no está exenta de amor pese a todas estas diferencias, una historia bonita y sin pretensiones. Hacen una atípica y extraña, hasta el punto que parece que ella es la madre. Pero lucahr contra los sentimientos, es una batalla perdida de antemano.
Puede que no sea un argumento especialmente original, pero está tan bien contada que vale la pena verla. Yo sin duda, la recomiendo, es de esas pelis que te dejan una permanente sonrisa en los labios. Ahí va un trailer:
Basada en una novela de Gen Araki.
Antes de comenzar a hablar de la película en cuestión, vuelvo a abordar el tema de los títulos. Vale que el japonés puede ser complicado de traducir, pero "Chonmage purin"´y "Un niño y su samurai" son títulos tan diferentes que abruma... "Chonmage" se refiere a la especie de moño o peinado de los samurai, y "Purin" es pudding o flan. Prefiero un título como "Flan".
En fin, a lo que vamos. Yoshihiro Nakamura (Fish story)se ha convertido por méritos propios en uno de mis directores japoneses preferidos. Su cine ágil y lleno de frescura consigue que las horas parezcan minutos. Seguiré revisando su filmografía. "Chonmage purin" no es tan original como sus otras películas que he visto, pero no está exenta de grandes momentos.
Ryo Nishikido vuelve a demostrar que le falta un trecho para ser un buen actor, aunque su inexpresividad en esta ocasión no es tan acusada como en Orthros no inu. Aquí interpreta a Kijima Nasube, un samurai de 25 años de la era Edo que aparece súbitamente en pleno siglo XXI en mitad de Tokio. Allí se encontrará con Hiroko (Tomosaka Rie, Anego), una mujer divorciada de 33 años y su hijo Tomoya.
Mientras averigua el modo de regresar, y tras un inicio bastante tenso con la familia, el samurai se instalará con ellos y se olvidará de su orgullo para limpiar y cocinar a cambio de un techo donde poder quedarse.
Nasube pronto descubrirá que posee un don para la cocina, en especial para preparar postres de todo tipo a raíz de probar un flan de caramelo. La escena en la que se tira horas en la cocina haciendo pasteles me hizo secretar saliva... Y eso que no soy especialmente goloso... Y aquí hay un nuevo cambio para nuestro samurai, la katana por la espátula de repostería.
Sí, está claro que lo de los viajes en el tiempo ya no es original. Sin embargo, lo habitual es ir al pasado y no al futuro como en esta ocasión, más si cabe si quien viaja es un samurai que termina en una gran ciudad como Tokio. Las situaciones cómicas son múltiples (teléfono, ascensor... de todo). Pero también está la parte psicológica de la historia. Un samurai acostumbrado a que la mujer haga las tareas del hogar y cuide de los niños, se encuentra haciendo la compra, la colada, limpiando la casa, recogiendo al chiquillo de la guardería y preparando la comida. Es una visión nueva de la sociedad para él, pero también una crítica mordaz a la cultura machista de hoy en día.
Y luego está el detalle de la edad y la posición social. Él, 25 años y samurai (con lo que eso conlleva). Ella, madre soltera de 33 y la sustentadora de la economía del hogar. La trama no está exenta de amor pese a todas estas diferencias, una historia bonita y sin pretensiones. Hacen una atípica y extraña, hasta el punto que parece que ella es la madre. Pero lucahr contra los sentimientos, es una batalla perdida de antemano.
Puede que no sea un argumento especialmente original, pero está tan bien contada que vale la pena verla. Yo sin duda, la recomiendo, es de esas pelis que te dejan una permanente sonrisa en los labios. Ahí va un trailer:
- Lo mejor: cómo el samurai va descubriendo (y acostumbrándose a) los avances técnicos del Tokio actual. Muy divertida la reacción ante la primera vez que suena el teléfono.
- Lo peor: yo hubiera escogido a otro actor para darle mayor mordiente al personaje.
¿Dónde está? ---> Puedes encontrar esta película AQUÍ
No hay comentarios:
Publicar un comentario